Es posible que el estilo tan personal, mucho más europeo que americano, tenga un papel importante en mi opinión. Mientras que en otras ciudades americanas el downtown, es decir, el centro, puede ser impresionante y con rascacielos majestuosos, a menudo el movimiento se limita a la gente yendo al trabajo o haciendo un break for lunch. Y tras las 17:00 todo queda bastante abandonado. En San Francisco, al contrario, el centro es un lugar lleno de vida, donde la gente acude a comprar y a divertirse. No hay un downtown clásico, sino que las zonas residenciales, de casas de madera clásicas, de pocos pisos o unifamiliares, se mezclan con zonas de negocios y éstas con zonas comerciales. Por centro me refiero a Market St. y alrededores, pero es también complicado definir un "centro", como suele suceder en ciudades grandes.
Igualmente, es difícil definir un lugar más interesante que otro. Pudiera ser el Fisherman's Wharf, con sus restaurantes de seafood (no os perdáis la sopa en su bol de pan ácido, sourdough) y su colonia de leones marinos; pudieran ser sus empinadas avenidas, como California St., lugar donde se han filmado montones de escenas de persecuciones con coches de policía volando en cada declive; pudieran ser los Cable Car, o el clásico barrio chino. O el barrio de Castro, emblema del movimiento gay y que hay que recorrer al anochecer, cuando las calles se llenan de gente.
Y, en la bahía, Alcatraz y su prisión-museo y el Golden Gate, un puente que hay que recorrer a pie. Y si ya os animáis, los pueblos cercanos, como Sausalito (cruzando el Golden Gate), y la naturaleza salvaje: playas al Pacífico o bosques de Secuoyas. O el parque de Yosemite (pronúnciese Yosémiti), aunque no tuvimos oportunidad de visitarlo (cuestiones metereológicas, en enero).
Y para conservar las tradiciones, unas cuántas fotos en Picasa:
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