viernes, 18 de julio de 2008

Visita a Budapest

Esta vez ha sido por el Congreso Internacional de Reproducción Animal (www.icar2008.org, mientras sea funcional). Escribo esto desde el aeropuerto de Budapest, Ferihegy, donde no sólo he conseguido un enchufe, sino wifi gratis. Curioso.

Budapest es una ciudad muy atractiva, aunque le falta algo para llegar al nivel de otras ciudades centroeuropeas, como Praga (aún la ciudad que más conocidos, e incluyéndome a mí, consideran la más encantadora que han visitado). Poco ha cambiado desde la última vez que la visité, pero ahora se pueden ver bastantes edificios en restauración o limpieza, algo muy necesario. Tal vez dentro de unos años recupere su antiguo esplendor.

En cualquier caso, no hay que dudarlo si se ofrece la oportunidad de visitarla. Hay un par de detalles interesantes. El primero, la cronométrica puntualidad de los medios de transporte públicos. El segundo, la contundencia de su cocina. La oferta de los restaurantes suele ser bastante variada, sustanciosa y abundante, y si te ofrecen una pata de cerdo, te traerán una pata de cerdo (burp). Eso sí, hay que armarse de paciencia, porque la dinámica de los restaurantes húngaros es la más relajada que he visto nunca. Incluso para servir unas cervezas tardan lo suyo, así que es mejor reservar un tiempo más que razonable a la hora de comer o cenar.

En cualquier caso, antes de ir, conviene repasarse la historia de esta ciudad, agitada y emocionante como muchas otras. Sin tener cierto conocimiento de quienes fueron los magiares y todos los pueblos que conquistaron y se repartieron estas tierras, y las vicisitudes políticas de los últimos dos siglos, no se puede apreciar realmente la riqueza de esta ciudad.

Las fotos las dejamos para otra entrada. Es hora de embarcar.

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